Mateo 5:4

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Mateo 5:4

Hoy quizá estemos un momento difícil donde no sabemos que decisión tomar o cómo afrontar lo que pasamos. Doblemos rodillas y reconozcamos nuestra necesidad de Dios; su consuelo se hace presente en medio de lágrimas y dolor; nuestra debilidad nos hace fuertes porque el poder de Dios se perfecciona cuando sentimos que ya no podemos.

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